lunes, 22 de diciembre de 2008

Por motivos que no vienen al caso, ando buscando trabajo. ¿Que cómo es eso, si ya tengo trabajo? Bueno, en realidad, busco un segundo trabajo. Pluriemplearme. Acaparadora que es una. Que no se preocupe mi difamador de guardia, que cuando lo consiga, diré dónde, para que pueda llamarles por teléfono y contarles que han contratado a una ladrona loca y asesina.

Pues bien, en eso de buscar trabajo, me dio por "dar un giro a mi vida profesional". Creo que cuanto más pueda aprender, mejor, y en ese sentido, el aspecto comercial lo tengo bastante poco "cocido", así que pensé en potenciarlo. Así que me apunté a una de esas páginas donde pones tu curriculum, seleccionas áreas de interés, y te van enviando ofertas que se ajusten a lo que vas buscando. La primera semana se me olvidó mirarlas (eso es profesionalidad, sí señor), y, al mes, al fin tuve un hueco y me apunté a unas pocas ofertas.

Al día siguiente, recibo un e-mail pidiéndome que llame por teléfono para concertar una entrevista. El e-mail venía de "Tele2-Comunitel". Eso resultaba un poco extraño, puesto que yo no me había apuntado a oferta alguna de estos señores. Llamé pensando que, por algún motivo, se habrían equivocado de persona si estaban viendo curriculums, y cuando pregunté que cómo era posible que me llamaran de Tele2 si yo no me había apuntado a nada de Tele2, la chica me dijo que no era exactamente Tele2, que acudiera el lunes a la entrevista. Le pregunté que si no era exactamente Tele2, quiénes eran entonces, y repitió que el lunes, a la entrevista.

Pues a ver qué pasa el lunes.

El lunes, al fin sé de qué empresa me habían llamado. Bueno, casi. Por un cartelito pegado en la oficina, recuerdo que era el mismo lema que había en una de las ofertas a la que sí me apunté. "Rea dream generation", ponía como nombre de empresa, y la teoría es que, si me seleccionaban, me formarían como comercial, que trataría mucho con el cliente, fomentando la relación con él, hasta el punto de poder dirigir una oficina. Sonar, no sonaba mal, pero escamar, escamaba bastante. Además, dijo el nombre de la empresa tan deprisa, que no pude siquiera entenderlo. Lo que sí que me quedó claro es que, habiendo una ese, no podía ser esa tal "Rea dream generation". Y también me extrañaba que apenas hubiera mobiliario de oficina si allí trabajaban 20 personas.

De todas formas, pasé la entrevista, me seleccionaron, y me dijeron que acudiera al día siguiente, a las 8 de la mañana, con "calzado cómodo". Mal empezamos.

Como me suele pasar, me confundí de calle, y llegué dos minutos tarde. Al entrar en la oficina, un gran escándalo. Había música muy fuerte y se oían gritos de varias personas. Me preguntaba si estarían haciendo aerobic, pero más adelante descubrí que no, que era algo llamado "impacto".

Enseguida nos hicieron pasar a los nuevos a esa sala ruidosa, y nos explicaron de qué iba la cosa. Estaban todos en pie, muy sonrientes, felices y contentos, y empecé a preguntarme si iban ya pasados de tripis a las ocho de la mañana. "No seas borde, espera a ver de qué va esto", pensé. Lo que tenía que haber hecho era marcharme corriendo, pero la curiosidad morbosa me pudo. Empezó la reunión matinal.

Nos asignaron a un supervisor a cada uno de los nuevos, quienes comenzaron a explicarnos de qué iba la cosa. B&F ("¡memoriza ese nombre!", me decía a mí misma) era una gran multinacional (¿y cómo es que no la había oído nombrar en mi vida?) de "Task-Force" que permitía a cualquiera, aunque no tuviera estudios o experiencia profesional, hacer carrera y ganar mucho, mucho dinero. Suenan las alarmas y, además, me acordé de una película, El Informador (la recomiendo, por cierto). También suena mucho al grupo coercitivo Amway: ganar mucho dinero en muy poco tiempo sin tener experiencia (Más, aquí). Mi supervisor sigue explicando: las fases de la venta y las normas de conducta del vendedor. Escuchar "actitud positiva" hace que las alarmas que ya sonaban se vuelvan histéricas, pero continuo con una mentalidad abierta antes de enviarles a la porra definitivamente.

Una vez me explica todo eso, los otros supervisores también concluyen, y empieza una cosa extraña que llaman "la atmósfera" de la reunión matinal. Ahí, recuerdan para todos y dicen para los nuevos, que nunca utilizan expresiones como "felicidades" o "enhorabuena" para animar a alguien a que continue con el buen trabajo, sino una expresión propia, importada de la compañía, que tiene como ingrediente principal la palabra "juice" (Join us in creating excitement). Así, empiezan a hacer repaso de los logros del día anterior, y comienzas a oír ridiculeces del calibre "un juice muy grande para fulanita", "un juice muy fuerte para menganito", "vamos, vamos, vamos... ¡juice para todos!". No sabes dónde esconderte para que no se note que te estás muriendo de vergüenza ajena.

Cuando uno de los vendedores ha hecho "sonar la campana" (el que más ha vendido en un día) tiene el privilegio (ejem) de dar la charla motivadora del día siguiente. La verdad es que eso de la "charla motivadora" me hizo mucha gracia. Si tu trabajo te gusta, no necesitas "motivarte" puesto que ya lo estás, así que si necesitas "motivarte", tal vez no te guste tanto tu trabajo.

En esta charla, el muchacho habló de como "la ley de probabilidades" (ay) ayuda en este trabajo. "Cuantas más puertas toques, más probable es que te encuentres con un sí. Hay que llamar a todas las puertas para favorecer nuestras probabilidades de los sí". Además de eso, hicieron un numerito bastante ridículo con un dado de goma, pero por pudor, no contaré más.

¡Ajá! Así que es un trabajo que consiste en vender puerta a puerta. Se cuidaron bastante en no mencionarlo. Desde luego, no era lo que yo estaba buscando en el área comercial, pero aún así, mantuve una actitud positiva. Mejor dicho: si había aguantado el paripé hasta ahora sin sonrojarme, iba a terminar de enterarme de qué iba todo esto, porque me lo empezaba a oler: un sistema piramidal encubierto, donde un "listo" se aprovecha de la codicia de los supervisores para vivir a su costa y mantenerlos engañados con la idea de que ellos también, pronto ("medio año, a lo sumo"), podrán abrir su propia oficina.

Fui con mi supervisor a coger el Bus para llegar a la que sería nuestra zona, y allí empezamos a andar, andar, andar... Tal vez fueron las ondas detractoras, pero no vi cerrarse ni una sola venta en toda la mañana. Tras seis horas andando, el resultado neto fueron unos pies con ampollas y una enorme sensación de haber perdido el tiempo, si exceptuamos que la experiencia me ha servido como pequeño trabajo de investigación involuntario.

¿Por qué digo que esto era un sistema piramidal encubierto? Bien, vamos a hacer unas pocas cuentas.

En teoría hay "15.000 oficinas repartidas por todo el mundo". En la práctica, nadie lo sabe, porque son sociedades limitadas unipersonales sin una relación clara con "la central". Centrémonos en España. Pongamos que hay 100 de estas oficinas. Eso implica, en el mejor de los casos, 100 gerentes de oficina. En realidad, no es así, puesto que es bastante frecuente que un gerente tenga a su cargo varias oficinas, pero por ahora vamos suponer "1 gerente - 1 oficina". En cada oficina hay unas 20 personas trabajando. La oferta de trabajo dice que en un año ya estarás completamente formada y podrás abrir tu propia oficina. Esto significa que, si hoy hay 100 oficinas en España, dentro de un año habrá 100 x 20 + 100, es decir, 2.100 oficinas (las 100 que había y las 2.000 nuevas).

Bien, es posible que no todos completen el ciclo y se marchen antes. Pongamos que abandona la mitad de la gente, 1.000 personas (la mitad es MUCHA gente, así que es una estimación pesimista adecuada). Eso significa que, al cabo del año, tendríamos unas 1.100 oficinas, cada una con un gerente. Al cabo de dos años, como habrá entrado gente nueva, tendríamos, las 1.100 oficinas que ya teníamos, y por cada una de ellas, 20 trabajadores, de los cuales, seguimos suponiendo que la mitad abandona y la otra mitad supera la formación y puede abrir su tienda: 1.100 x 10 = 11.000, más las 1.100 oficinas que ya teníamos. Es decir, 12.100 oficinas. Repitiendo los cálculos (pesimismo sobre abandonos incluido), al cabo del tercer año deberíamos tener 12.100 x 10 + 12.100, es decir, 133.100 oficinas. Esto supone, en el quinto año, estar dando trabajo a toda (o casi toda) la población activa de España. Asumo, además, que los gerentes no cierran sus oficinas, porque, al menos "en teoría" (o sea, es el cuento que les cuentan), uno de estos gerentes puede ganar 100.000 euros "en un mal mes". Alguien con un sueldo así no mataría a la gallina de los huevos de oro.

Sin embargo, esto no es así. No hay tantas oficinas. De hecho, estoy segura de que a casi ninguno de mis lectores le sonará la empresa en cuestión. ¿Dónde está el truco? Pues bien, el truco está en poner la zanahoria delante del burro, prometer una promoción prácticamente inmediata (un año para pasar de vendedor puerta a puerta, a gerente, es muy poco tiempo), pero luego no cumplirla. Por supuesto, el no cumplimiento de la promesa se justifica con "es un trabajo muy duro, no todos valen", pero si leeis en la página que he enlazado (en inglés), vereis el testimonio de alguien que trabajó muy duro a lo largo de varios años y al que mantuvieron engañado hasta que fue capaz de darse cuenta del timo.

Se trabaja a comisión sobre lo vendido. Casi todo se lo queda el gerente, el vendedor/supervisor se queda con una parte muy pequeña. Así, los supervisores, al cabo del medio año, ya están "oliendo" esos fantásticos sueldos de 25.000 euros semanales para cuando tengan su propia oficina. Sin embargo, qué cosas, el que más posibilidades tiene de abrir una oficina, es alguien que ya es gerente. Los amiguismos deciden mucho en ese juego.

Mi supervisor se dio cuenta de mi "energía negativa" cuando le pregunté cuántas oficinas había en España, cuánto vendedor por oficina, y cómo es que no habían crecido las oficinas en los años que, supuestamente, llevaban aquí. Él intentó tentarme con el dinero. Televisiones de plasma gigantes, viajes, casas enormes, bañeras con hidromasaje, coches caros... "¿Acaso no te gustaría poder ganar, en un caso muy malo, 50.000 euros al mes?". "No necesito tanto para vivir, prefiero tener más horas al día para poder dedicarme a mi familia, mis amigos y mis aficiones: aquí eres un esclavo". Porque sí, empiezas a las 8 de la mañana y acabas a las 7 y media de la tarde. Ellos dicen que la jornada es de ocho horas, pero a mí me salen diez, teniendo en cuenta que paran hora y media para comer.

A mediodía, pues, tras comer, le dije a mi supervisor que no le iba a hacer perder más tiempo conmigo: no era el tipo de trabajo que andaba buscando. "Pero si en la entrevista dijiste que te gusta el trato con la gente". "Sí, el trato, no el asalto. No es el tipo de labor comercial que quiero realizar". Me dijo simplemente que "tú te lo pierdes". Quizá. Pero cuando aplicas el sentido crítico a todas las facetas de tu vida, prefieres "perdértelo" a que te tomen el pelo como, claramente, están haciendo con él y con los demás.

No parecen haberse dado cuenta de que, de la misma manera que fuerzan las ventas apelando a la envidia sobre el vecino del posible comprador, a ellos les tienen esclavizados apelando a la envidia sobre el compañero gerente que gana mucho, mucho dinero.

2 comentarios:

  1. Creo que esto de las sectas comerciales es bastante peligroso y habría que darle más publicidad para que la gente esté sobre aviso de la clase de lavado de cerebro al que someten a sus adeptos, y las familias y vidas que destruyen.

    Pero también creo que hay maneras mejores de hacerlo que fusilar artículos de otros blogs sin citar la fuente. De tres he reconocido dos que proceden de otro lado:

    http://locomundo.blogspot.com/2007_05_01_archive.html

    http://elteleoperador.blogspot.com/2007/07/tele2.html

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  2. Eso mismo me ha pasado a mi hoy, justo como lo cuentas...ha llegado la hora de comer y le he dicho que no valia para este mundo y que me iba...me daba vergüenza ajena cada vez que picaban a una puerta y yo rezaba para que no abriese nadie...menudo timo!

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